Sobre mi relación con la constancia
No siempre me consideré una persona constante. De hecho, la idea de mantener hábitos a largo plazo me parecía más un sueño lejano que una realidad posible. Pero aquí estoy, compartiendo cómo la constancia ha redibujado los contornos de mi vida, especialmente a través de dos hábitos que han marcado la diferencia: el ejercicio matutino y mi compromiso con compartir noticias relevantes en mi canal de Instagram.
La constancia, más que una habilidad innata, es una práctica diaria. Empecé pequeño, muy pequeño, con cambios mínimos que fueron la semilla de transformaciones mayores. La lectura de "El pequeño libro de la constancia" no solo validó mi experiencia sino que también profundizó mi comprensión sobre la ciencia detrás de la constancia.
Mi canal de tendencias.
Cada día, a las 6:30 a.m., comienza mi búsqueda de información para entregar a mi audiencia los insights más valiosos. Este hábito no solo me mantiene informada sino que también fortalece mi compromiso con mi comunidad. En este hábito hay una práctica que ayuda mucho a comprometernos más: hacerlo público. Las tendencias no solo las leo yo, si no que siento la responsabilidad y el compromiso dee compartirlas con mi canal de seguidores.
El ejercicio en las mañanas
7:10 de la mañana, 3 veces a la semana, me encontrarás atada a una rutina que me llena de energía: el entrenamiento. La clave ha sido preparar mi entorno la noche anterior. La cafetera lista para funcionar y mi ropa de entrenamiento esperándome. Esta preparación reduce mi "posibilidad de escape", especialmente porque mi entrenador llega a mi puerta, eliminando así la opción de posponerlo. No es el ejercicio en sí, sino las endorfinas liberadas después, ese sentimiento de euforia y satisfacción, lo que se ha convertido en mi recompensa diaria. Incluso encontré solución a pequeños obstáculos como el cuidado de mi pelo, incorporando tratamientos de hidratación que facilitan mi rutina.
Proyectos a largo plazo
Es importante que la constancia no solo se sienta en la agenda del día a día, también hay una constancia en el macro. Un emprendimiento o una empresa, son proyectos que nos obligan a ser constantes.
Cada día al despertarme recuerdo por qué emprendí, recuerdo mi propósito o como Amagoia lo llama en “El pequeño libro de la Constancia” mi Para qué?. Sin tener esto claro, nos quedamos sin gasolina y sin pasión.
Te dejo 5 aprendizajes que me llevo el dlibro, que estoy segura te pueden ayudar a fomentar o practicar la constancia en tu vida:
Define tu Objetivo:
Saber qué quieres lograr es el primer paso. Pequeños objetivos y recompensas a lo largo del camino hacen la jornada más llevadera.
2. Busca la Excelencia, No la Perfección:
La perfección es una trampa. Enfócate en mejorar constantemente sin paralizarte por la búsqueda de un ideal inalcanzable.
3. Apaga las Notificaciones:
Establece bloques de tiempo de concentración y minimiza las distracciones. El silencio del móvil y un cronómetro pueden ser tus mejores aliados.
4. Sé Consistente con tu Cronotipo:
Identifica si eres nocturno o matutino y ajusta tus actividades a esos momentos en que te sientes más energético.
5. Duerme lo Suficiente:
El descanso adecuado es fundamental para mantenernos enfocados y motivados a lo largo del día.
La constancia es un viaje personal lleno de aprendizaje. 'El pequeño libro de la constancia' no solo me ofreció una base teórica sobre la importancia de ser constante sino que también me ayudó a entender mejor mis propios procesos y cómo compartirlos con otros. Espero que estos consejos te inspiren a encontrar tu propio camino hacia la constancia.